Este 19 de marzo se celebra en Colombia, y el mundo, el Día Internacional de la Artesana y el Artesano, un homenaje a aquellos hombres y mujeres que, con sus manos, dan forma a la cultura y memoria de nuestros pueblos.
Este año, la conmemoración trasciende el reconocimiento del arte y se adentra en el desafío de preservar nuestras identidades en medio de la violencia que afecta a los territorios indígenas. Las artesanas, con cada hilo y pigmento, no solo buscan el sustento de sus familias, sino que también tejen la resistencia cultural frente a un país en conflicto.
En Guaviare y Chocó, departamentos con un alto índice de violencia armada, donde los ríos narran historias de lucha y resistencia indígena y las montañas resguardan el legado de nuestros mayores y mayoras, las mujeres artesanas de los pueblos Emberá, en parte del Chocó y Antioquia, Nükak y Tucano, en Guaviare, dan forma a la resistencia por medio de su arte.
Utilizando agujas, telares y el pigmento natural de la jagua y achote (en Guaviare), y utilizando mostacilla y Miyuki (en Chocó), junto con sus manos, se fortalece la cultura que se convierte en fuente de sustento, en un acto de afirmación de identidad frente a la adversidad. Este 19 de marzo, Akubadaura hace un llamado no solo para honrar estos oficios, sino también para recordar los desafíos que enfrentan estas guardianas de la cultura. Para ellas, cada día es una lucha por preservar su identidad y garantizar el bienestar de sus familias, a través de un arte que se ha transmitido de generación en generación.
Sin embargo, este escenario idílico se ve constantemente amenazado por la violencia que azota a los territorios indígenas. Conflictos armados y disputas territoriales no sólo ponen en riesgo la vida de nuestras comunidades, sino que también frenan los procesos culturales que son vitales para la conservación de su patrimonio inmaterial.
“La violencia en los territorios indígenas es una barrera directa para el ejercicio de la artesanía” explica Lina Marcela Tobón Yagarí, directora de Akubadaura y mujer indígena artesana del Pueblo Embera.
A pesar de estos desafíos, las artesanas indígenas persisten, convirtiendo cada pieza tejida, cada figura pintada, en un símbolo de resistencia y esperanza. Sus obras son más que artículos de decoración; son narrativas visuales que cuentan la historia de su pueblo, de su relación con la naturaleza y de su visión del mundo.
Akubadaura, desde su fundación, ha apoyado a estas comunidades a través de la defensa legal de sus derechos y promoviendo espacios seguros donde puedan desarrollar y vender sus artesanías. “Nuestro objetivo es doble: proteger la cultura y garantizar un medio de vida digno para estas mujeres”, complementa Lina Marcela Tobón Yagarí.
El día de las artesanas, entonces, se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre el papel fundamental que juegan estas mujeres en la preservación de la diversidad cultural de Colombia, y el mundo, y en la lucha por la paz en sus territorios.
Es un llamado para que la sociedad en su conjunto, y las instituciones en particular, se comprometan a proteger estos oficios y a promover condiciones de vida seguras para el ejercicio de las artesanas y artesanosde nuestros Pueblos indígenas.