Se amplia la discusión sobre la violencia sexual contra la mujer indígena

Informe sobre violencia sexual contra la mujer indigena

Akubadaura presenta “Informe sobre violencias de género contra mujeres, niñas y adolescentes indígenas de Colombia”

Las mujeres indígenas son unos de los grupos poblacionales mas afectados por la violencia sexual como se evidenció cuando, a mediados de 2020, los medios de comunicación publicaron dos hechos de violencia sexual contra niñas indígenas a manos de militares, el primero ocurrido a una niña del pueblo Emberá Chamí en Risaralda y el otro ocurrido en 2019 contra una niña Nükak en Guaviare, hechos que captaron la atención y el rechazo de la opinión pública nacional.

Ese es el punto de partida del informe elaborado por la Comunidad de Juristas Akubadaura sobre la violencia sexual contra la mujer indigena en el contexto del conflicto armado, documento desarrollado con el apoyo del Foro de Mujeres y Desarrollo- FOKUS.

En su momento Akubadaura reportó que “los casos de violencia sexual contra mujeres y niñas, donde los perpetradores del crimen son miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia, vienen creciendo. De acuerdo con el Observatorio del Conflicto, “Para el periodo 2006-2016 se registró el mayor número de casos asociados a este actor armado, con 90 hechos de violencia sexual”, y entre 2016 y el 2020 la cifra asciende a los 118 casos, según declaró el propio comandante del Ejército, General Eduardo Zapateiro, a los medios de comunicación el primero de julio de 2020 a raíz de las denuncias conocidas por los medios de comunicación.”

El documento  contiene el  análisis  de la  situación  de  afectación  y  vulneración de las mujeres indígenas víctimas de las diversas modalidades de violencia sexual en el contexto del conflicto armado existente en Colombia, En la primera parte, se presentan los antecedentes internacionales que han orientado la definición de este delito  y  la  conceptualización  que  sobre  el  mismo  han  realizado  las  organizaciones indígenas, teniendo en cuenta la historicidad de sus pueblos y las afectaciones específicas que este crimen ha producido.  

En la segunda parte se hace una caracterización sobre la magnitud y dimensión de la afectación de este delito en el contexto general de las mujeres víctimas y en el caso particular de las mujeres indígenas vulneradas. En la tercera parte, se describe la respuesta institucional que por el momento desde el sector justicia y de protección se ha dado a estos casos.

El documento también llama la atención sobre la invisibilidad estructural de este hecho violento en  el  marco  del  conflicto  armado, las  dimensiones  específicas que  adquiere  esta invisibilidad para el caso de las mujeres indígenas, las consecuencias del subregistro, de la discriminación étnica, la impunidad, la potencial repetición del hecho violento en quienes lo han padecido y el inconmensurable sufrimiento producido a la vida individual y colectiva de las mujeres y sus comunidades, tanto en sus dimensiones espirituales como culturales.

Paralelo al informe, Akubadaura produjo el video “Mi cuerpo no miente” en el que se analizan los factores históricos de la violencia sexual contra las mujeres indígenas en el contexto del conflicto armado, cuál  es la responsabilidad del Estado cuando los agresores son agentes estatales, así como el fortalecimiento de la Jurisdicción Especial Indígena como mecanismo que contribuya a la investigación y documentación de los casos, que sancionen a los responsables, pero que también sirva para sanar a las víctimas, sus comunidades y territorios.